jueves, 27 de septiembre de 2012

Las sustancias adictivas y su consumo Primera Parte

Clasificación

Estimulantes: cocaína, anfetaminas.
Depresores o sedantes: alcohol, barbitúricos (butisol, amytal, etc.)
Narcóticos: opio, morfina, heroína.
Alucinógeno: LSD, marihuana, peyote, hongos.
Solventes: thinner, pegamento, gasolina, aerosol, quita esmalte.

Tabaco

La adicción a los productos derivados del tabaco es la más extendida. Su aceptación cultural considera a su consumo en primer lugar como una fuente de placer y en segundo como un simple vicio o mala costumbre. Se ha determinado que los cigarrillos y otros productos de tabaco, tales como cigarros puros, tabaco para pipa o rapé (en polvo), son adictivos y que la nicotina es la droga del tabaco causante de adicción. Además, se sabe que el tabaquismo es un importante causal de accidentes cardíacos y cerebrovasculares, y ocupa los primeros lugares entre los factores que provocan cáncer. La nicotina provoca una de las adicciones más potentes, desarrollando en el fumador un conjunto de signos y síntomas denominado síndrome nicotínico. A mayor cantidad de signos o síntomas presentes, mayor porcentaje de posibilidades de estar frente a un adicto nicotinómano.


• Síndrome nicotínico: signos y síntomas de adicción a la nicotina

• Alto consumo diario de cigarrillos (15 o más por día).

• Fumar cigarrillos con alta proporción de nicotina, insatisfacción o aumento del consumo al cambiar a "suaves" o "ligths"

• Inhalación profunda del humo.

• Fumar desde las primeras horas del día, o hasta el momento previo al sueño

• Padecer compulsión tabáquica: no soportar unas pocas horas sin fumar; interrumpir otras tareas o entretenimientos para fumar o comprar cigarrillos.

La nicotina es un alcaloide extremadamente adictivo, que actúa como estimulante y sedante del sistema nervioso central. Su ingestión tiene como resultado un estímulo casi inmediato porque produce una descarga de epinefrina de la corteza suprarrenal. Esto estimula el sistema nervioso central y algunas glándulas endocrinas, lo que causa la liberación repentina de glucosa. El estímulo va seguido de depresión y fatiga, situación que lleva al toxicómano a buscar más nicotina. La nicotina se absorbe con facilidad del humo del tabaco en los pulmones y no importa si éste humo procede de cigarrillos o de puros. También se absorbe fácilmente cuando se masca el tabaco. Con el uso regular, se acumulan concentraciones de nicotina en el cuerpo durante el día, que persisten durante la noche. Por lo tanto, las personas que fuman cigarrillos a diario están expuestas a los efectos de la nicotina 24 horas al día. La nicotina absorbida al fumar cigarrillos o puros tarda sólo segundos en llegar al cerebro, pero tiene un efecto directo en el cuerpo hasta por 30 minutos.

Los estudios han mostrado que la tensión nerviosa y la ansiedad afectan la tolerancia a la nicotina y la dependencia de ella. La hormona producida por la tensión nerviosa o corticosterona reduce los efectos de la nicotina, haciendo necesario consumir mayores cantidades para lograr el mismo efecto. Esto aumenta la tolerancia y lleva a una mayor dependencia. Se ha demostrado científicamente que la tensión puede ser la causa directa de una recaída a la autoadministración de nicotina después de un período de abstinencia. Esta adicción produce síntomas de abstinencia cuando una persona trata de dejar de fumar. Algunos reportes indican que cuando se priva de cigarrillos durante 24 horas a fumadores habituales, aumenta su enojo y hostilidad, llegando a agresiones físicas o psíquicas, y disminuye la aptitud de cooperación social. Las personas que padecen de abstinencia también necesitan más tiempo para recobrar su equilibrio emocional después de la tensión nerviosa. Durante los períodos de abstinencia o de ansias de consumir nicotina, los fumadores han mostrado reducción de una gran cantidad de funciones psicomotoras y cognoscitivas, como por ejemplo la comprensión del lenguaje.

Los estudios de conducta en adolescentes explican cómo las influencias sociales, por ejemplo observar a adultos y compañeros fumando, influyen en la decisión del adolescente de comenzar a fumar cigarrillos o no. También ha mostrado que los adolescentes suelen ser resistentes a muchos tipos de mensajes en contra del tabaco.

Adicionalmente, los problemas afectan a terceros que inhalan el humo ambiental del tabaco (fumadores pasivos). Se ha demostrado que este humo causa cáncer de pulmón y aumentan significativamente los casos de ataques asmáticos, infecciones cardiorespiratorias y muerte súbita.

Encuestas realizadas por la Oficina de Estudios Aplicados de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y de Salud Mental de EE.UU. mostraron la correlación entre el uso del cigarrillo y el de marihuana en los adolescentes. Se encontró que entre quienes habían fumado marihuana alguna vez en su vida, el 74 por ciento habían fumado cigarrillos antes de fumar marihuana. La encuesta señaló además que los fumadores corrientes tienen más probabilidades de ser grandes bebedores y usar drogas ilícitas. Entre los fumadores, la tasa de uso excesivo de alcohol (5 días o más de consumo de cinco bebidas o más, durante el último mes) fue 13,8 por ciento y la tasa de uso de drogas, 14,7 por ciento. De los que no fuman, 2,5 por ciento eran grandes bebedores y 2,6 por ciento usaban drogas ilícitas. Además, el riesgo de desarrollar una enfermedad relacionada con el tabaco es particularmente importante para quienes hayan comenzado a fumar antes de los 15 años de edad.

Los fumadores se exponen a padecer aterosclerosis, enfisema, patologías broncopulmonares, cáncer en boca y en las diversas porciones del sistema respiratorio, como así también diferentes manifestaciones de enfermedad coronaria. La tasa de muerte súbita es entre 2 y 4 veces más elevada que en los no fumadores. También tienen mayor riesgo de desarrollar infarto de miocardio y angina inestable. Los riesgos de padecer enfermedad vascular cerebral y periférica son potenciados. Además, el tabaquismo fue reconocido como el principal factor de incremento del riesgo coronario en pacientes que sufren infarto de miocardio antes de los 45 años. Quienes continúan fumando luego del diagnóstico de angina, tienen síntomas más severos y peor pronóstico que los que dejan de fumar.

Consecuencias generales por uso de drogas

En principio, las drogas se perciben con una imagen positiva y favorable que atrae a jóvenes y mayores. Sin embargo, esa cara desaparece rápidamente, y las drogas empiezan a mostrarse tal y como son: dolor, problemas, infelicidad y múltiples trastornos.

Las drogas generalmente crean dependencia tanto física como psicológica y hacen vivir a quién las consume, en un mundo totalmente falso, en donde se sufre degradación física, mental, emocional y finalmente puede llegar a ocasionarle la muerte.

Las reacciones negativas asociadas a las adicciones, afectan en diferentes aspectos la vida de la persona, tales como:

Relaciones personales

Las relaciones con la familia, amigos o pareja se alteran, aparecen discusiones frecuentes, la comunicación se interrumpe, hay pérdida de confianza y alejamiento.

Trabajo

Frecuentemente se manifiesta baja productividad y deterioro de la calidad del trabajo o la pérdida del mismo.

Economía

El destinar la mayor parte del dinero a comprar drogas, genera endeudamiento.

Salud psíquica

Es posible la aparición de una amplia gama de trastornos psicológicos, estados de ánimo negativos e irritabilidad, actividades defensivas, pérdida de autoestima e intenso sentimiento de culpa, así como alucinaciones visuales y auditivas, disminución de la capacidad intelectual, lenguaje confuso, y la destrucción de neuronas.

Conducta

La droga se vuelve casi lo más importante, los adictos se tornan egoístas y egocéntricos (no les importa nada más que ellos mismo).

Salud física

Se presentan trastornos del apetito, úlceras, insomnio, fatiga y otras enfermedades provocadas por el consumo de drogas como son: taquicardia, conjuntivitis, atrofia cerebral, temblores y convulsiones.

Tolerancia

La droga produce tolerancia física, por lo que es necesario ir aumentando la cantidad de dosis consumida para experimentar los mismos efectos.

Obsesión

El adicto a menudo no puede pensar en otra cosa que no sea en la droga, el modo de conseguirla, el tiempo en obtenerla, etc.

Negación

A medida que los adictos empiezan a acumular problemas (en el trabajo, en el hogar o socialmente) inevitablemente comienzan a negar dos cosas: Que la droga constituya un problema que no pueden controlar, y que los efectos negativos en sus vidas tengan alguna conexión con el uso de la droga.

Muchas veces el adicto piensa que el día que él quiera podrá dejar las drogas, que es cuestión de proponérselo y ya; pero lamentablemente no es así.

¿Qué son las adicciones?

La adicción, farmacodependencia o drogadicción es un estado psicofísico causado por la interacción de un organismo vivo con un fármaco, caracterizado por la modificación del comportamiento y otras reacciones, generalmente a causa de un impulso irreprimible por consumir una droga en forma continua o periódica, a fin de experimentar sus efectos psíquicos y, en ocasiones, para aliviar el malestar producido por la privación de éste, es decir, el llamado síndrome de abstinencia.

Es necesario reconocer la adicción como una enfermedad caracterizada por un conjunto de signos y síntomas, en las que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.

Los adictos son aquellas personas que dependen perjudicialmente de las sustancias psicoactivas como el alcohol, la marihuana, la cocaína y los solventes inhalantes, entre otros; algunos drogadictos, son personas con problemas de salud o con trastornos psicológicos.

Un adicto, drogadicto o farmacodependiente es aquél que depende de una o más drogas.

¿Qué es una droga?

El término droga se utiliza para referirse a aquellas sustancias que provocan una alteración del estado de ánimo y son capaces de producir dependencia.

Puede presentarse adicción tanto a sustancias psicotrópicas como a actividades e incluso, en relaciones de pareja.

- Sustancias psicotropicas: incluyendo alcohol, nicotina y otras drogas
- Juegos de azar
- Comida o componentes comestibles tales como el azúcar o la grasa
- Sexo o actividad sexual
- Trabajo
- Relaciones interpersonales, especialmente de pareja

El consumir periódicamente una droga implica por lo general, experimentar un estado afectivo pasivo (placer, bienestar, sociabilidad, etc.), o librarse de un estado afectivo negativo (aburrimiento, timidez, estrés o evadirse de problemas).

¿Qué es la codependencia?

Los codependientes son todos los miembros que viven con un adicto.

Los drogadictos necesitan de alguien que los rescate de la soledad, del aislamiento y del dolor. Pueden volverse dependientes de sus amigos, padres, parientes, cónyuges o amantes; ya que no encuentran cosas buenas en ellos mismos y lo buscan en los logros de los demás.

Las personas que padecen codependencia presentan baja autoestima, represión, obsesión, control, negación, comunicación pobre, límites débiles, poca confianza, ira y comportamientos compulsivos. La familia es afectada de manera frecuente por los desórdenes que ellos mismos generan. La dinámica de relación, comunicación y conducta de sus miembros cambia y como resultado del proceso adictivo se vuelven disfuncionales.

Cuando los hijos de los adictos ya son adultos en ocasiones son personas inconsistentes, carecen tanto de decisión propia como de sentido del humor y manifiestan problemas en las relaciones sexuales o en su intimidad. 


Principales causas de las adicciones

Problemas familiares

Los adolescentes al vivir una etapa de crisis y al tratar de evadir los problemas, buscan salidas fáciles o formas de olvidarlos, por ejemplo por medio del alcohol y las drogas.

Muchas veces las adicciones surgen por problemas dentro de la familia (incomprensión, falta de comunicación, golpes, maltrato intra-familiar, rechazo, padrastros, abandono, falta de recursos económicos, dificultades escolares, pobreza absoluta y desamor), al sentir que no son queridos en los hogares, los adolescentes tienen la impresión de no ser escuchados o tomados en cuenta.

Caen en un error al tratar de solucionar los conflictos por medio de las drogas, creyendo que sólo van a ingerir una vez la sustancia, pero en realidad se genera la costumbre o la adicción, esto ocasiona que los problemas familiares aumenten, ya que la droga consumida es más fuerte, y al no querer o poder dejarla, a veces los adolescentes optan por abandonar el hogar, convirtiéndose en niños de la calle, en la que se exponen a riesgos de gran magnitud como contraer enfermedades, ser golpeados, soportar abusos, explotación, hambre y abandono.

El tiempo que persista el efecto de la droga en su organismo, es equivalente al del abandono de sus problemas, después, todo vuelve a la realidad, las situaciones preocupantes siguen ahí e incluso aumentan por la adicción generada.

Influencias sociales

También recurren a las drogas cuando se presentan problemas en su alrededor. Por ejemplo:

Al no ser aceptado por los amigos o una condición para ingresar a cierto grupo es el ingerir droga, ser como ellos, imitarlos, hacerles creer que "los viajes" son lo máximo, o lo peor, caer en la influencia social. Los adictos pueden hacer los comentarios que quieran sobre la persona que no está dispuesta a entrar en las drogas; los adolescentes deben ser muy conscientes de sí mismos y mantener su postura de decir NO.

Los jóvenes que no quieren consumir la sustancia, deben saber cuidarse de las amistades que manifiestan insistencia, pues su obsesión puede ser tan grande que estarán buscando el momento adecuado para inducirlos, por ejemplo, pueden disolver la droga en su bebida o en sus alimentos. Éstos esperarán el momento en que haga efecto la droga para poder dañarlos. Nunca deben aceptar estas cosas por parte de personas adictas y lo más conveniente es alejarse de ese tipo de grupos, que suelen llamarse "amigos".

Ser problemático puede ser causa de la influencia de los compañeros, como hacerlos caer en la delincuencia. Ya que los robos que son realizados por adictos, no son primordialmente por cuestiones de hambre, sino por la necesidad de seguir drogándose. Esto ocasiona tener problemas con las autoridades y posteriormente ser sometidos a las cárceles.

Cuando los adictos aún están es sus casas, presentan depresión y aislamiento mental, lo que provoca bajo rendimiento o ausentismo escolar y mala comunicación familiar.

Curiosidad

En ocasiones los jóvenes con una curiosidad insana, por observar que algunos adolescentes de su edad imitan el acto de probar y sentir el uso de cualquier droga. Además algunas drogas como los inhalantes, son de fácil acceso para ellos, son autorizadas y vendidas a bajo costo en cualquier abastecimiento, lo que ocasiona ventaja de consumo.

Al aceptar el organismo la tranquilidad y relajación del efecto de la droga, ocasiona que éste exija el consumo nuevamente, pero con la misma dosis ya resulta insuficiente, lo que hace aumentar cada vez más la cantidad para sentir los mismos efectos, dando paso a la adicción. Algunos jóvenes que experimentan el sentir de bienestar o el simple hecho de "andar en un viaje" y que al consumir la droga su organismo los rechaza de una forma brusca, por lo general éstas personas no vuelven a intentarlo.

Problemas emocionales

Cuando surgen los problemas en la vida de algunos adolescentes (regaños, golpes, desconfianza, incomprensión, conflictos económicos en la familia, padres adictos o divorciados, dificultad de aprendizaje escolar, etc.), reflejan una gran depresión emocional, en la que pueden sentirse llenos de rencor, ira y vergüenza, por el comportamiento de los padres, amigos o conocidos. Estos jóvenes buscan la manera de que no les afecte gravemente en su estado emocional y utilizan una forma de salir de ellos con ayuda de una adición.

Los problemas generalmente ocasionan en los adolescentes depresión, sentimiento de culpa, autoestima baja, evasión de la realidad, desamparo y prepotencia, ellos piensan que son los causantes del daño y posteriormente con el uso de las drogas (incluyendo alcohol y tabaco) creen librarse de las dificultades, aunque no siempre recurren a las drogas, sino también se presenta en otro tipo de adicciones como:

- Comer demasiado
- Pasar mucho tiempo en los videojuegos
- Escuchar música
- Jugar y apostar
- Bailar
- Ver televisión
- Realizar colecciones de manera obsesiva, entre otros.

Estos últimos, generan una adicción por el uso frecuente en que recurren a ellos; aunque no son tan dañinos para la salud, son tomados para salir de las broncas, como una forma de tranquilizar su cólera.

martes, 25 de septiembre de 2012

Farmacos que alteran el estado nutricional

La anorexia, la bulimia y el comer compulsivo son los tres trastornos alimenticios más frecuentes, sobre todo en las mujeres adolescentes y adultas jóvenes, pues son quienes se presionan más por estar delgadas. 

La anorexia 

Las personas anoréxicas se ven al espejo con frecuencia, y se ven y se sienten pasadas de peso, aunque estén en los huesos. Viven obsesionadas por bajar más de peso, siempre están en ayuno y hacen ejercicio físico de manera excesiva. 

Ante la falta de nutrientes como vitaminas, minerales, proteínas, etcétera, padecen una falta de concentración y mal humor, y llegan a sufrir problemas menstruales en mujeres y pérdida de cabello, hasta llegar a una severa desnutrición, poniendo en peligro la salud física y en ocasiones la vida. 

Muchos de estos casos se originan debido a que la adolescente no quiere crecer ni tener cuerpo de mujer, sino mantenerse como niña. Esto está relacionado con su sexualidad, además suelen ser chicas inseguras, inmaduras y dependientes de los padres. 

Bulimia 

Quienes padecen de bulimia alternan largos ayunos con atracones de comida. Como sienten un apetito insaciable, ingieren grandes cantidades de alimentos, pero esto los hace sentir culpables y por lo tanto se inducen el vómito. También usan laxantes en exceso y hacen ejercicio físico exagerado. Los bulímicos también sufren otros trastornos como temor de no poder parar de comer y el vómito frecuente provoca trastornos del aparato digestivo. 

Debido a su trastorno alimenticio, los bulímicos sufren de una muy baja autoestima, se sienten solos, abandonados o rechazados. Los pacientes bulímicos necesitan un tratamiento de terapia individual y familiar, pues la mayoría de las veces su trastorno alimenticio es ocasionado por problemas familiares afectivos, relaciones insatisfactorias o dificultades para expresar los sentimientos positivos y negativos.

Los fármacos pueden afectar al estado nutricional del individuo a través de la alteración de los procesos de ingesta, absorción, metabolismo (afectando solo a las vitaminas) y excreción (hace sobre todo referencia a los minerales) de los nutrientes.
Pueden darse tres situaciones: 

  1. Fármacos que provocan cambios en el apetito:
  • Incrementando la ingesta.
  • Disminuyendo la ingesta.
  1. Fármacos que alteran la percepción gustativa u olfativa.
  2. Fármacos que provocan náuseas y vómitos.
FÁRMACOS QUE INCREMENTAN LA INGESTA

Son generalmente fármacos utilizados en psiquiatría, que mejoran la función psicológica y conductual, provocando un aumento del apetito. Encontramos benzodiazepinas, fenotiazenas, antidepresivos triciclitos (amitriptilina) o terapias con antidepresivos triciclitos e IMAOs. Con estos tratamientos se pueden llegar a producir aumentos de peso importantes, no obstante en algunos pacientes provocan somnolencia, apatía y falta de interés por la comida.
También antihistamínicos H1, antiserotoninérgicos (astemizol, pitotifeno, ciproheptadina), hipoglucemiantes orales, anticonceptivos orales, estrógenos.
Por tanto el tratamiento con estos fármacos habría que vigilar el peso y la alimentación, debido a que pueden provocar obesidad al aumentar el apetito.

FÁRMACOS QUE DISMINUYEN LA INGESTA
Son más problemáticos, siendo más difícil de evitar.
  • Fármacos anorexígenos de acción central: son estimulantes del SNC. Se han utilizado en la terapia de la obesidad, pero no son recomendables por los efectos adversos, ya que pueden crear dependencia, taquicardia e insomnio. Encontramos anfetaminas, fenfluramina, teofilina, cafeína.
  • Interferón α: se utiliza en niños de forma crónica.
  • Fármacos anorexígenos de acción periférica: no actúan en el SNC, sino a nivel periférico, enlenteciendo el vaciado gástrico, aumentando la sensación de saciedad, dejando de ingerir alimentos.
Salbutanol, levo-dopa, antihistamínicos.
  • Fármacos que producen anorexia por inducir un déficit nutricional: diuréticos, antiácidos (hidróxidos de Ca y Mg), fenitoina, sulfasalazina, estos últimos antifolatos.
  • Fármacos que producen trastornos gastrointestinales (dolor calambres), provocan un malestar que disminuye el apetito. Aspirina, antiinflamatorios noesteroideos, suplementos de hierro (sobre todo los inorgánicos, al tolerarse mal, provocan molestias, disminuyendo la ingesta).
FÁRMACOS QUE ALTERAN LA PERCEPCIÓN GUSTATIVA U OLFATIVA
  • Provocan la pérdida del gusto (ageusia).
  • Disminuyen la sensación al gusto (hipogeusia).
  • Provocan sensaciones gustativas anormales o desagradables (disgeusia).
  • Provocan alucinaciones gustativas (pantogeusia).
  • Provocan xerostomia (sequedad de boca): pueden recomendarse chicles o limón que alivian el problema.
Fármacos que alteran la percepción gustativa
Ácido acetilsalicílico
Clofibrato
Insulina
Oxifedrina
Ácido etacrínico
diazácido
Laurelsulfato sódico
Penicilamina
Ampicilina
Dinitroenol
Licomicinas
Propanfelina
Anfetaminas
Estreptomicina
Carbonato de litio
Tetraciclina
Anfotericina B
Fenindiona
Maprobamato
Zidobudina
Captoprilo
Fenitoina
Meticidina
Metromidazol
Cloremiramina




FÁRMACOS QUE PROVOCAN NÁUSEAS Y VÓMITOS

Muchos fármacos provocan nauseas o vómitos, en la mayoría de los casos transitorios, en otros casos es posible modificar el tratamiento. Estos casos no revisten problemática nutricional al revertir los efectos a los días.

Algunos fármacos provocan vómitos severos y permanentes, pudiendo afectar a la ingesta y la absorción de nutrientes como quimioterípicos citotóxicos en el tratamiento contra el cáncer: altretamina, carbopletino, carmustina, cisplatino, ciclosfamida, docarbacina, doctomicina, daunorubicina, doxorubicina, epirubicina, idorubicina, ifosfamida, irinotecam, lomustina, mecloretamina, fomustina, mecloretamina, mitoxantrona, pentostatina, esteptozocina.

También los antiretrovirales utilizados contra el sida provocan estos efectos, aunque no se sabe si es a causa de la enfermedad o por el tratamiento en si.

FÁRMACOS QUE ALTERAN LA FUNCIÓN GASTROINTESTINAL
  • Fármacos que provocan esofagitis: doxiciclina, sulfato ferroso potasico, tetraciclina. Se puede evitar la esofagitis tomando los medicamentos con abundante agua o usando formas orales liquidas, disminuyendo el tiempo de contacto con el esófago.
  • Fármacos que inducen pancreatitis: asparaginasa, azatioprina, didonosina, estrógenos, furosemida, diuréticos tiazídicos, valproato. Tras descartar que la pancreatitis no sea debida a otros factores (alcoholismo, cálculos biliares) debe sustituirse el tratamiento farmacológico.
  • Fármacos que provocan colitis: antibióticos (al desequilibrar la flora bacteriana, se puede desplazar, aumentando la flora patógenas pudiendo dar lugar a colitis). Se trata con metronidazol o vancomicina.
  • Fármacos que provocan diarrea: sorbitol (es vehiculo en algunas formulaciones por ejemplo líquidas de aminofilina, teofilina, acetoaminofeno, provocando la diarrea por un fenómeno osmótico). Antiácidos, laxantes. Se recomienda interrumpir el tratamiento o ajustar la dosificación.
FÁRMACOS QUE DISMINUYEN LA MOTILIDAD GASTROINTESTINAL

Alteran la absorción de nutrientes: puede ocurrir que se disminuya la motilidad, estando mas tiempo en el estomago degradándose a causa de los ácidos o que se vea aumentada la motilidad, disminuyendo el tiempo, disminuyendo por tanto su absorción.
  • Opiáceos 
  • Fármacos anticolinergicos.
Se recomienda la utilización de laxantes en caso de una intoxicación o la interrupción del tratamiento farmacológico en caso de que los laxantes no hagan efecto.

FÁRMACOS QUE AFECTAN A LA ABSORCION DE NUTRIENTES
  • Fármacos eméticos.
  • Fármacos que modifican el pH o las secreciones gastrointestinales.
  • Fármacos que lesionan la mucosa intestinal.
  • Fármacos que inducen hiperperistaltismo o constipación.
  • Fármacos que inhiben específicamente la absorción de determinados nutrientes.
Fármaco
Mecanismo
Efecto
Cimetidina
Inhibe la secreción acida gástrica
Malabsorción de
vitamina B12
Antiácidos
Forman complejos insolubles
Malabsorción de fósforo
Bicarbonato sódico
Alcalinizante
Malabsorcion de folatos
Aceites minerales (laxantes)
Solubilización
Malabsorción de
vitaminas liposolubles
Laxantes en general
Alteran el transito gastrointestinal, alteran la mucosa
Malabsorción
Colchicina
Daña la mucosa
Malabsorción
Hipolipemiantes (colestiramina, colestipol)
Impiden la reabsorción de las sales biliares
Malabsorción de vitaminas liposolubles, B12, folatos, calcio, hierro y zinc

RELEVANCIA CLÍNICA DE LAS INTERACCIONES QUE AFECTAN AL ESTADO NUTRICIONAL

La influencia del fármaco sobre el estado nutricional puede hacerse evidente desde el punto de visto clínico cuando:
  • El fármaco se emplea de forma crónica, se mal utiliza o se abusa de él.
  • El paciente presenta una limitación en los mecanismos de compensación (presenta una situación limite):
  • Ingesta habitual insuficiente o marginal.
  • Aumento en los requerimientos nutricionales debido a un estado catabólico.
  • Absorción, metabolismo y excreción precarios o alterados por las patologías.
En muchos casos las manifestaciones clínicas de la interacción se atribuyen al proceso patológico primario (a la enfermedad en si), obviando y no evitando la posibilidad de una interacción (por eso estas interacciones al no estudiarse no se corrigen, en caso de hacerlo se podrían evitar y por tanto mejorar la situación).

lunes, 24 de septiembre de 2012

La adicción a la música tiene trasfondo bioquímico

Las personas que sostienen que son “adictas” a la música no están mintiendo, según unos investigadores que han realizado un nuevo estudio. De hecho, los investigadores han descubierto unos mecanismos bioquímicos que se encuentran en el trasfondo de la adicción a la música.


Cuando a las personas les encanta una canción, empiezan a sentir unos “escalofríos” y sensaciones agradables que podrían reflejarse en mucha más energía y un sentimiento de bienestar. Aquellos que ponen sus canciones en modo de repetición quieren revivir aquellas sensaciones continuamente.


Pero, además de los escalofríos ya conocidos, escuchar la música que nos gusta también provoca la liberación de dopamina, un neurotransmisor que juega un papel importante para comprender las reacciones placenteras causadas por los alimentos, las drogas o incluso por el sexo.

La sustancia química ha estado sujeta a muchos estudios para comprender las adicciones en los humanos, y parece que también juega un papel importante en las sensaciones que se tienen al escuchar música.

En la nueva investigación, los neurólogos Robert Zatorre y Valorie Salimpoor de la Universidad McGill detallan las vías mediante las cuales actúa la dopamina sobre el cerebro.

Los detalles del nuevo trabajo fueron publicados recientemente en el último número de la revista Nature Neuroscience, informan los expertos del servicio de noticias MEDILL de la Universidad de Northwestern.

Los científicos que han estado implicados en el estudio han medido muchos factores que influyen en la percepción y el cuerpo humano. Han monitorizado la liberación de dopamina en los sujetos puestos a prueba y también la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal y otros efectos parecidos.

Los participantes han tenido que escuchar sus canciones favoritas mientras que sus cerebros eran observados usando una técnica con resonancia magnética conocida como PET.

“La dopamina es importante porque nos hace querer repetir diferentes comportamientos. Es la razón de la existencia de las adicciones, ya sean negativas o positivas”, explica Salimpoor en un correo.

“En este caso, las alturas eufóricas de la música están reforzadas de forma neuroquímica por nuestro cerebro para volver a ella. Funciona de la misma forma que la cocaína”, añadió.

“Funciona sobre el mismo sistema de adicción, lo que explica porque estamos dispuestos a gastar más dinero y tiempo para tratar de alcanzar experiencias musicales”, dijo el experto.

“Esta es la primera vez que hemos encontrado liberación de dopamina frente a un estímulo estético. Los estímulos estéticos tienen una naturaleza cognitiva. No es la música la que nos provoca la “fiebre”, sino la forma en la que la interpretamos”, concluyó Salimpoor.


jueves, 20 de septiembre de 2012

La Depresión en niños y adolescentes

La existencia de la depresión en la infancia ha sido cuestionada durante muchos años. En épocas relativamente recientes, existía aun la concepción popular de una etapa infantil en la que no cabían sentimientos de tristeza, abatimiento, preocupaciones o sentimientos de culpabilidad en niños antes de la pubertad. Como se encargaron de demostrar diversos estudios, por desgracia, la existencia de tales sentimientos es una realidad ya a edades tempranas. 


A lo largo de la historia, la naturaleza de la depresión infantil ha sido objeto de polémica dentro mismo de la psicopatología. Autores psicoanalistas negaron su existencia alegando que en esta etapa de la vida no está formado el "yo" ni interiorizado el "super yo". Otros investigadores cuestionaron su validez como entidad nosológica dado que sus supuestos síntomas (llanto, escaso apetito, etc..) forman normalmente parte de un desarrollo evolutivo normal y remiten espontáneamente con el tiempo.

La teoría de la depresión enmascarada (1.972) supuso un avance en el reconocimiento de la depresión infantil. La observación de un estado de ánimo irritable o disfórico en numerosos problemas propios de la infancia y de la adolescencia, como dificultades en el aprendizaje escolar, hiperactividad, conducta anti-social, ansiedad de separación, anorexia nerviosa, rechazo escolar, etc..., llevaron a hipotetizar que la depresión era un trastorno latente que se manifestaba de diferentes formas. 

Sintomatología depresión niños y adolescentes

Varios autores han propuesto criterios específicos para el diagnóstico de la depresión en niños, si bien, son comúnmente utilizados los del DMS IV aplicados a niños con ligeras matizaciones o los del CIE-10 que son específicos para población infanto-juvenil. 

A continuación exponemos, a modo de aproximación a la sintomatología depresiva, los criterios de Weinberg (1.973) que constituyen un conjunto de criterios operativos claros dirigidos específicamente a diagnosticar la depresión en niños.

La posición más extendida actualmente sostiene que la depresión infantil y adulta son semejantes, a pesar de que la edad modula las características y las repercusiones negativas del trastorno.

Respecto a su prevalencia en nuestro país se situaría alrededor del 2 al 3% de la población en niños de 9-10 años aumentando este porcentaje con la edad para situarse entorno a valores superiores al 8% en adolescentes. De todas formas estos datos pueden ser superiores si se contemplan también diagnósticos leves o transitorios de depresión.

Detalle de síntomas

Categoría de los síntomas: Manifestaciones:

1-Síntomas Principales 

1-Estado de ánimo disfórico (melancolía)
a) Expresiones o muestras de tristeza, soledad, desdicha, indefensión.
b) Cambios en el estado de ánimo, malhumor.
c) Irritabilidad, se enfada fácilmente.
d) Hipersensibilidad, llora fácilmente.
e) Negativismo, resulta difícil de complacer.

2- Ideación autodespreciativa
a) Sentimientos de inutilidad, incapacidad, fealdad, culpabilidad (concepto negativo de uno mismo).
b) Ideas de persecución.
c) Deseos de muerte.
d) Deseo de huir, de escaparse de casa.
e) Tentativas de suicidio.

2-Síntomas Secundarios 

3- Conducta agresiva (agitación)
a) Dificultades en las relaciones interpersonales
b) Facilidad para riñas o discusiones.
c) Poco respeto a las figuras de autoridad.

4- Alteraciones de sueño
a) Insomnio inicial.
b) Sueño inquieto.
c) Insomnio tardío.
d) Dificultad para despertar por la mañana.

5- Cambios en el rendimiento escolar
a) Quejas frecuentes de los maestros, pobre concentración, dificultades en la atención.
b) Disminución del esfuerzo habitual en tareas escolares.
c) Pérdida del interés en actividades extraescolares.

6- Socialización disminuida
a) Menor participación en grupo.
b) Menos simpático o agradable con los demás.
c) Retraimiento Social.
d) Pérdida de los intereses sociales habituales.

7- Cambio de actitud hacia la escuela
a) Pérdida de placer en actividades escolares
b) Negativa o rechazo a ir a la escuela.

8- Quejas somáticas
a) Cefalalgias no migrañosas.
b) Algias abdominales.
c) Otras preocupaciones o quejas somáticas.

9- Pérdida de la energía habitual
a) Pérdida de interés por actividades y entrenamientos extraescolares.
b) Disminución de la energía, fatiga física o mental.

10- Cambios en el apetito y/o en el peso habitual

Según este modelo, para establecer el diagnóstico de depresión deben concurrir dos síntomas principales y al menos dos de secundarios. Estos síntomas deberían persistir al menos durante cuatro semanas consecutivas. Dichos síntomas deben constituir un cambio significativo respecto al funcionamiento anterior del niño. 

Tipos de depresión

1- Primaria versus secundaria. 
Hace referencia a que la depresión es el trastorno principal o bien es consecuencia de un problema médico o psicológico (p.e. drogadicción).

2- Unipolar versus bipolar. 
La primera se manifiesta sólo con episodios depresivos mientras que la segunda cursa alternativamente con ciclos de depresión y manía (euforia).

3- Depresión mayor versus distimia. 
Para contemplarse el diagnóstico de depresión mayor, la más severa de las formas de depresión, deben cumplirse los criterios diagnósticos señalados en el D.S.M.-IV. Los otros tipos de depresión pueden hacer referencia a estados depresivos durante ciclos prolongados pero sin cumplir los criterios diagnósticos.

4- Endógena versus Exógena. 

Hace referencia al tipo de causa desencadenante; interna (p.e. déficit funcional de noradrenalina) o externa (pérdida de un ser querido)

Causas de la depresión

En la depresión infantil, al igual que ocurre con la de adultos, concurren varios mecanismos o factores que suelen interactuar constituyendo el origen del desarrollo de los estados de depresión en niños y jóvenes. Los principales son los biológicos, genéticos, socio-familiares, estilos de vida y los psicológicos que se explican en el próximo apartado.

1- Factores Biológicos

Se han efectuado diferentes estudios para averiguar las posibles causas psicobiológicas y psicofisiológicas de la depresión en población infantil. Los estudios han intentado replicar los resultados hallados en población adulta. Los resultados no han estado concluyentes.
Algunas líneas de investigación han planteado la hipótesis del déficit funcional serotinergico como elemento facilitador del trastorno afectivo, pero, tampoco sin poderse llegar a conclusiones definitivas.

2- Factores Genéticos.

Según diversos estudios efectuados, los factores genéticos podrían explicar un porcentaje elevado (50%) de la varianza en la transmisión de los trastornos afectivos. Los estudios familiares que evalúan hijos de padres deprimidos han verificado que la posibilidad de que éstos lleguen a desarrollar el trastorno es entre 3 y 6 veces más elevada en comparación con niños que no presentan este factor de riesgo. Igualmente, el riesgo de desarrollar otra psicopatología, como ansiedad o incluso trastornos de conducta, es también mayor. De todas formas se habla de factores predisponentes no causales. La presencia o no del trastorno y su tipo en población de riesgo, dependería de los factores internos del sujeto interactuando con el entramado de circunstancias personales, familiares y sociales.

3- Factores Socio-familiares.

Parece bastante probable que un factor determinante en la aparición y mantenimiento del trastorno, está estrechamente relacionado con el entorno familiar. La depresión sería resultado, entre otros factores, de una pobre interacción padres - hijos. Estudios realizados al efecto han demostrado diversas características interactivas familiares peculiares entre los que destaca: baja implicación paterna y alta sobreprotección materna, más conflictos familiares, más problemas de comunicación, más irritabilidad, más abuso y negligencia. En el caso de padres depresivos, la transmisión de la depresión no implica, por tanto, sólo influencias genéticas sino que también conlleva influencias psicosociales. 
Si bien el tipo de interacción puede relacionarse como causa de depresión a través de modelos psicológicos (conductuales, cognitivos) y biológicos, para algunos autores el conflicto familiar podría ser la respuesta de los padres a los problemas del hijo, o en otros casos, la depresión podría contribuir al mantenimiento del problema parental.

4- Factores estresantes.

Aquí se pueden incluir los factores externos que cursan generando un estado de estrés continuado. Es el caso de las separaciones, divorcios o discordia de la pareja. El elemento relevante para el niño no es tanto la ruptura en sí, sino, el estado en que queda la relación afectiva entre los padres. Una relación de amenazas, coerciones, etc. produce evidentemente una transición con más carga emocional para el niño y lo hace más vulnerable al desarrollo de la patología.
Otro factor potencialmente generador del trastorno es el caso de pérdida de un ser querido, especialmente en niños ya frágiles. La perdida de la madre o padre puede requerir, dependiendo de la edad, una atención especializada para facilitar el proceso de duelo. Ello puede ser especialmente necesario en aquellos casos de muerte repentina o en accidentes de trafico.

Algunos modelos psicológicos

Existen diferentes modelos de depresión que tratan de explicar los orígenes y causas de la misma. Todas ellas describen el trastorno depresivo como una vía final, común, psicobiológica, que depende de la interacción de varios factores, incluyendo la vulnerabilidad genética, fenómenos del desarrollo, acontecimientos psicosociales, estresores fisiológicos y rasgos de personalidad. A continuación se expondrán algunos de los modelos más importantes dentro de la psicología actual.

El modelo cognitivo de BECK

El modelo de depresión de Beck defiende la existencia de la triada cognitiva negativa. Ello hace referencia a que la persona que sufre el trastorno tiene una visión negativa de sí mismo, del mundo en que se mueve y del futuro (pensamientos del tipo: "soy un desastre, mis amigos me rechazan, nunca podré ser feliz").
El niño o joven con depresión, no discute ni se plantea la validez de sus pensamientos pese a que existan evidencias objetivas que los cuestionen. Al mismo tiempo tampoco se percata de los errores lógicos que comete sistemáticamente. A modo de ejemplo el autor expone algunos de estos errores:

1-Inferencia arbitraria: 

Se extraen conclusiones precipitadas sin disponer de información suficiente o de datos en contra. 
Ejemplo: Un adolescente cree que no le cae bien a un colega pese a que lo invita cada fin de semana para salir.

2-Abstracción selectiva: 

Focalización en detalles concretos de las situaciones fuera de contexto o irrelevantes al tiempo que se omite la información relevante. Es como si la persona que sufriera el trastorno filtrara la información con un filtro que sólo captaría aquella información que fuera coherente con sus creencias erróneas (pensamientos negativos).
Ejemplo: Un joven es felicitado por su tutor por haber sacado un notable en una asignatura difícil. El tutor añade que si se esfuerza más sus resultados pueden ser aún mejores. El joven no toma como un halago las palabras del tutor sino como la confirmación de que es un desastre y que no se ha esforzado lo suficiente.

3-Magnificación y minimización: 

Consiste en maximizar los errores o sobrestimar las dificultades infravalorando las propios aciertos o habilidades.
Ejemplo: Un estudiante ha sido elegido por sus compañeros como delegado de la clase, pero él resta valor a este reconocimiento alegando que "no tiene mérito dado que no había más candidatos".

4-Sobregeneralización: 

Se trata de elaborar conclusiones generales a partir de hechos particulares.
Ejemplo: Una chica puede declinar la invitación de un chico a bailar y éste piensa que nunca van a querer bailar con él, que lo tendrá difícil, etc...

5-Personalización

Se asume la responsabilidad de los eventos negativos externos sin base objetiva para dicha atribución.
Ejemplo: Un niño que se culpa como responsable de la separación de sus padres cuando los motivos han sido otros.

6-Pensamiento dicotómico: 

Categorización de la experiencia en categorías opuestas, situándose el niño en el polo negativo.
Ejemplo: El niño piensa que su comportamiento es ejemplar o que es un desastre, sin existir los términos medios.

El modelo de Indefensión Aprendida de SELIGMAN

Aunque fue propuesta en su momento como una teoría utilizada en adultos, sus autores (Seligman y Peterson, 1.986) la consideran igualmente aplicable y útil para la depresión en niños y adolescentes. Fue formulada en base al modelo del aprendizaje pero incluyendo algunas explicaciones cognitivas.

El modelo asume fundamentalmente el principio de que una persona sometida a situaciones no controlables presentará un conjunto de déficits (motivacionales, cognitivos y emocionales) agrupados bajo el nombre de indefensión aprendida.

Según los autores (en su primer modelo de 1.975), la secuencia que puede producir la indefensión aprendida (estado de depresión), sería la siguiente:

El niño está expuesto a situaciones incontrolables, es decir a situaciones en las que la probabilidad de obtener refuerzo si se emite una respuesta operante (respuesta a la que sigue un reforzador o premio) es igual a la probabilidad de obtenerlo si no se produce.
Las experiencias de incontrolabilidad producen expectativas de incontrolabilidad, es decir, el niño predice que no tien control sobre la situación, interfiriendo en aprendizajes adaptativos posteriores.

Las expectativas de incontrolabilidad originan los déficits característicos de la depresión: 

a) Motivacionales. Disminución de la tasa de respuestas operantes y aumento de la latencia de respuestas operantes.
b) Cognitivos. Dificultad para aprender nuevas respuestas reforzadas.
c) Emocionales. Sentimientos de indefensión y desesperanza.

El modelo es muy coherente con sus enunciados pero no podía explicar el hecho de que algunos sujetos no desarrollaban la depresión pese a estar expuestos a situaciones incontrolables. La teoría fue reformulada (1.978 Abramson, Seligmas, Teasdale) en base a la incorporación de la teoría de las atribuciones, la cual puede explicar las diferencias individuales y el hecho de que iguales circunstancias produzcan o no el trastorno depresivo en algunas personas. Este nuevo modelo presenta 3 principios fundamentales:

Atribución Interna-Externa.

La intensidad de la indefensión depende de esta dimensión. Un niño puede atribuir el fracaso de haber sacado una mala nota en un examen, cuando la mayoría de sus compañeros han aprobado, a que no tiene el suficiente nivel o inteligencia (indefensión, baja autoestima). Esto sería una atribución interna. Por el contrario si piensa que la nota del examen es consecuencia de la mala suerte o de que el profesor le tiene manía, estaría efectuando atribuciones externas.

Atribución Global-Específica. 

Esta dimensión explica la generalización de la indefensión. En el caso anterior, si el niño de la baja nota, atribuye el resultado a una causa general, como es el caso de poseer una baja inteligencia, entonces considerará que casi todas las situaciones de este tipo son incontrolables ya que suspenderá siempre todas las asignaturas (atribución global). Por contra si atribuye a un factor concreto el resultado de la mala nota, por ejemplo, a que el cálculo o la asignatura en particular, no se le da bien y le cuesta más, entonces pensará que el resto de las asignaturas sí puede aprobarlas (atribución específica).

Atribución Estable-Inestable. 

El mantenimiento de la indefensión se debe a esta dimensión. Siguiendo con el niño del ejemplo, si atribuye su fracaso a una causa estable (pensar que no es inteligente), entonces juzgará que su falta de control sobre el rendimiento escolar es permanente (atribución estable). Contrariamente si lo atribuye a un factor no permanente (atribución inestable), por ejemplo, a que estudió poco o que estaba cansado, considerará que su falta de control sobre la situación ha sido sólo pasajera y, por tanto, causará menores sentimientos de indefensión.

Resumiendo, el modelo reformulado de la Indefensión Aprendida, argumenta que el niño que desarrolla la depresión presenta expectativas de daño, es decir, espera la ocurrencia de hechos aversivos o que no se den los deseados. También presenta las expectativas de incontrolabilidad, esto es que cree que ninguna de sus respuestas puedan cambiar la probabilidad de un evento. Finalmente y en base a las atribuciones, el niño depresivo, tiene un estilo atributivo peculiar ya que atribuye sus fracasos a factores internos, globales y estables, mientras que sus éxitos son atribuidos a factores externos, específicos e inestables.

Evaluación de la Depresión

La depresión infantil es un trastorno complejo, que incluye alteraciones cognitivas, psicofisiológicas y motoras, que difieren según los casos. El proceso de evaluación psicológica consiste en obtener información relevante, fiable y valida del niño y de otras personas que se relacionan con él. 
Varias son las dificultades que se presentan. Una primera radica en la disparidad de procedimientos que dificulta la comparación entre estudios. Un segundo hace referencia a la dificultad de utilizar pruebas de autoevaluación en los niños más pequeños. Finalmente señalar que sigue habiendo un reducido número de pruebas específicas para evaluar estos trastornos en niños, si bien, se ha avanzado bastante respecto a años anteriores en nuestro país.
Las pruebas de papel y lápiz, incluyendo los autoregistros, se utilizan a partir de los 6 años que es la edad normal de inicio de la lectura y escritura. Sin embargo, debemos siempre asegurarnos de que la prueba resulte comprensible para el niño antes de su pase y descartarlo cuando se presenten dificultades lectores o retraso mental. 

La primera recogida de datos se efectuará en todo el entorno del niño, padres y resto de familia, maestros, amigos o compañeros de clase así como de otras personas que puedan relacionarse con el niño. Se utilizará la entrevista estructurada o semiestructurada, así como cuestionarios, escalas o los inventarios que se consideren relevantes para el caso.
Destacamos el Cuestionario de depresión para niños C.D.S. (Children's Depression Scale) por la cantidad de información que aporta. Su aplicación queda restringida de los 8 a los 16 años. Los diferentes elementos de la prueba, suelen ser leídos en voz alta por el examinador, si bien, el niño deberá tener la capacidad de lectura y comprensión por si es conveniente que haga la prueba en solitario y a partir de la presentación de unas tarjetas que contienen las diferentes preguntas. Las autoras de la prueba (M.Lang y M.Tisher) recomiendan que sean también ambos padres quienes realicen la prueba valorando los sentimientos del niño. La prueba nos facilita dos subescalas generales independientes: Total Depresivo - Total Positivo. La prueba es editada por TEA-Ediciones.

Los Autoregistros son también parte fundamental de la evaluación y se utilizan ampliamente en casos de depresión infantil. 

1- En terapia de Conducta normalmente se utilizan para recoger información:
a) Cantidad de actividades agradables
b) Nivel de satisfacción en las actividades agradables medido con escala estimación
c) Estado de ánimo evaluado también con escala de estimación

2- En terapia Cognitiva. 
Se efectúan autoregistros a tres columnas:
a) En la columna de la izquierda se detallan las situaciones desencadenantes.
b) En la columna central se describen los pensamientos automáticos y su credibilidad con escala estimación.
c) En la derecha se anotan las emociones experimentadas y su intensidad, medida igualmente con escala de estimación.

Tratamiento

A nivel farmacológico, la depresión en niños, se ha tratado principalmente con antidepresivos tricíclicos (imipramina ). También se han utilizado los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (fluoxetina) y los conocidos como IMAO. (Inhibidores de la monoamina oxidasa). 

También se ha recetado Carbonato de Litio como preventivo de los trastornos bipolares. 
Persiste actualmente un debate abierto sobe la conveniencia y/o efectividad de esta medicación entre los diferentes profesionales de la medicina y psiquiatría. 

Adjuntamos un interesante documento (pdf) publicado en internet por la American Psychiatric Association (APA) y la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP) acerca de "El uso de medicación en el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes: información para los pacientes y sus familias" [341 KB] . Recomendamos su lectura para quien quiera conocer un poco más acerca del tratamiento de la depresión en niños y sus implicaciones. (Este documento está publicado en la web de la asociación: http://www.parentsmedguide.org.)

En líneas generales podemos avanzar que los diferentes estudios publicados al respecto, parecen señalar con cierto rigor que los mejores resultados se han obtenido, también en niños, con aquellos que combinan los fármacos con la psicoterapia, si bien, los fármacos se mostrarían menos efectivos y con más contraindicaciones en el caso de los niños. De todas formas, esto sería un principio general y debemos ser cautelosos con las peculiaridades de cada individuo. En todo caso la medicación pertinente deberá ser establecida y controlada por el médico o psiquiatra.

Respecto al tratamiento psicológico no hay establecido un tratamiento unívoco, la tendencia sigue siendo utilizar un amplio espectro de técnicas y programas que incluyen componentes conductuales (planificación de actividades agradables, habilidades sociales y relajación) y también cognitivos (reestructuración cognitiva, técnicas de solución de problemas o reatribución). Estos componentes estarían en la línea de los dos grandes modelos psicológicos antes descritos (Modelo cognitivo de Beck y el de la Indefensión Aprendida de Seligman).

El tratamiento cognitivo-conductual es eficaz tanto en poblaciones escolares con síntomas depresivos, como en adolescentes con depresión clínica y en la prevención de recaídas. El éxito del tratamiento cognitivo-conductual parece estar relacionado con la menor severidad del cuadro y con la menor edad de los adolescentes. Este tipo de programas, como hemos apuntado, incluyen el análisis cognitivo con el reconocimiento de emociones, la relación de éstas con la conducta y la cognición y el cambio de atribuciones cognitivas negativas. Por otra parte incluyen la intervención conductual, como el entrenamiento en habilidades sociales, la ayuda en la resolución de problemas y otros procedimientos como el moldeamiento o la relajación. Respecto a esta última, hay que señalar que es una de las herramientas más eficaces para tratar sobretodo a niños. Se han encontrado también resultados positivos usándola como único tratamiento, si bien no queda claro qué perfil de niños podría beneficiarse de este tratamiento único. El tipo de relajación usado habitualmente es la denominada progresiva de Jacobson (ejercicios de tensión - relajación muscular), en la que se enseña la relación entre estrés, tensión muscular y depresión. 

Una de las ventajas de este tipo de intervención es que no son largas, normalmente se estructuran en unas 12-20 sesiones con una o dos horas por sesión. En ellas se trabajan todos los aspectos mencionados y se marcan deberes y rutinas para efectuar en casa. 

Parte esencial del tratamiento de la depresión en niños y adolescentes es la integración e implicación de la familia. Los problemas afectivos, los estilos y la calidad de la comunicación, las diferentes interacciones, la comprensión del problema, etc., son motivos que lo justifican.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Tratamiento con medicina convencional

El objetivo del tratamiento es mejorar las funciones cognitivas, conductuales y sociales y aumentar la autoestima del niño mediante la ingesta de psicoestimulantes.

¿Qué es un psicoestimulante?

Los psicoestimulantes pertenecen a una clase de fármacos que tienen por objeto intensificar la actividad cerebral, es decir que ocasionan un aumento en la agudeza mental, la atención y la energía.

Estos fármacos tienen una estructura química similar a la de una familia de neurotransmisores cerebrales, llamados monoaminas, que incluyen la norepinefrina y la dopamina. Los psicoestimulantes tienen la propiedad de aumentar la cantidad de estas sustancias químicas en el cerebro.

Los más utilizados son el metilfenidato, el famoso y controvertido Ritalin que constituye más del 90% de las prescripciones en los EE.UU., la dextroanfetamina o la pemolina.

¿Qué ocurre con el Ritalin?

Se trata de un derivado de las anfetaminas, el metilfenidato. Está químicamente emparentado con estas y funcionalmente con la cocaína. Dicho de otro modo, tiene una estructura molecular afín a la primera, pero actúa sobre el cerebro, con mecanismos similares a los de la segunda. No es un fármaco nuevo.

Fue sintetizado en Suiza en 1944 por el Dr. Leandro Panizzon y lanzado al mercado en 1954, como psicotónico tal como lo alababa la publicidad del laboratorio Ciba: de acción suave, reconforta y estimula. No sólo trataba la fatigabilidad o los estados depresivos, sino que ayudaba a los convalecientes a recobrar la salud y a las personas sanas, a borrar los efectos de una noche pasada en blanco ya que estimulante, mejora el estado de ánimo y aumenta los resultados.

¿Para qué sirve el metilfenidato?

Cabe subrayar que el metilfenidato principio activo del Ritalin, es una sustancia todo terreno. Se prescribe bien como medicamento principal o de apoyo, en el tratamiento de la narcolepsia, la depresión en los ancianos, la demencia senil, la enfermedad de Alzheimer, la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, la impaciencia de los miembros, los dolores secundarios en los cánceres, los sincopes, los traumatismos craneales, los shocks postanestésicos o bien después de un trasplante de órgano, además de que su ingesta facilita el desenchufe de los aparatos respiratorios en las unidades de vigilancia intensiva (UVI) y claro está, la hiperactividad infantil con o sin déficit de atención.

También, según el Drug Enforcement Agenc y (DEA), al combinarse con cierto analgésico provoca los mismos efectos que la mezcla de cocaína y heroína, por lo cual esta mezcla a base de Ritalin se ha vuelto la heroína de los pobres.

¿Cómo actúa el metilfenidato (Ritalin)?

Existen numerosas controversias en cuanto a su mecanismo de acción, ya que unos le atribuyen la habilidad de actuar sobre los transportadores de la dopamina, efecto similar a lo que produce la cocaína, mientras otros piensan que su acción se ejerce sobre la serotonina.

En su articulo, Cuidado, el Ritalin actúa como la cocaína, la Dra. Volkow subraya: Me he obsesionado para entender cómo funciona el metilfenidato. Siendo psiquiatra, a veces me he sentido avergonzada por la falta de conocimiento acerca de este fármaco ya que es el que se prescribe con más frecuencia a los niños. Nos hemos quedado boquiabiertas, no esperábamos esto...

En vez de desvelarse un inhibidor menos potente que la cocaína, el metilfenidato era más potente. Normalmente, una dosis de Ritalin de 0,5 mg./K. es suficiente para bloquear el 70% de los transportadores de la dopamina. Los hechos añade la Dra. demuestran claramente que afirmar que el Ritalin es un estimulante de fuerza débil es totalmente incorrecto.

Efectos secundarios del Ritalin para la hiperactividad

De acción corta, el Ritalin requiere varias tomas a lo largo del día. No obstante, ¿podría hacer el uso crónico de Ritaline que una persona se vuelva más vulnerable a una disminución de la actividad cerebral en relación con la dopamina?,es una cuestión a la cual nadie puede contestar. Hablando de la adicción que puede provocar, también es un tema controvertido.

Unos estudios afirman que se cuentan más usuarios de drogas en adultos que fueron tratados de ADHD en su infancia, mientras otros afirman lo contrario. Actualmente nadie es capaz de decir si el hecho de tomar sin interrupción el Ritalin desde la edad de cinco años hasta los quince años, puede conllevar o no un efecto en cuanto al desarrollo del cerebro. Puede o no ocurrir. Los efectos adversos a largo plazo son sencillamente desconocidos.

Pero los peligros de las anfetaminas no se limitan a la drogodependencia, las lesiones cerebrales y los problemas de atención y de memoria. Según se ha dado a conocer, también el metilfenidato (ritalin) puede provocar problemas de corazón y otros daños fisiológicos, como favorecer el cáncer de hígado, aunque las investigaciones se limitaron a averiguarlo en ratas.

Después de dos años, se observó que las principales lesiones asociadas con la administración de metilfenidato hidroclorido, otra denominación del clorhidrato, se manifiestan en el hígado (adenoma hepatocelular)

La discrepancia se acentúa aún más en cuanto a los efectos secundarios que se suman a 43 según Novartis. Cabe subrayar que el Ritalin los comparte con cualquier otra anfetamina, como lo demuestran numerosas investigaciones.


Sin embargo, para el público, pasan de casi inexistentes a severos, para quedarse en una normalidad aceptable por todos: son leves y desaparecen rápidamente. Y desafortunadamente, si se conocen relativamente bien sus efectos a corto plazo, no existen estudios sobre sus efectos a largo plazo.

Otros efectos secundarios del Ritalin y de las anfetaminas en la hiperactividad

Sistema cardiovascular: palpitaciones, taquicardia, hipertensión, arritmia, dolor en el pecho.

Sistema gastrointestinal: perdida de apetito, nauseas, dolor abdominal, vómitos, sequedad de la boca, mal gusto, estreñimiento, diarrea.

Sistema endocrino: disfunción de la pituitaria, incluso de la hormona de crecimiento y prolactina, retraso en el crecimiento o supresión, perdida de peso, desequilibrio de la función sexual.

Sistema nervioso central: convulsiones, confusión, agitación, ansiedad, irritabilidad, agresividad, nerviosismo, llantos fáciles, hipersensibilidad, euforía, depresión emocional, insomnio, somnolencia, trastornos del humor (disforia), psicosis con alucinaciones, compulsividad, depresión psicótica y manía, gestos nerviosos, tics, diskinesia, empeoramiento de los síntomas del ADHD.

Otros: cefalea, erupción cutánea (más en la tarde), prurito, urticaria, hipertranspiración, fiebre, dolor articular, temblores, contracturas musculares, alopecia, anemia, enuresis.