- En la comunidad escolar se puede discutir el problema colectivamente, integrando visiones y puntos de vista, reforzando en conjunto la necesidad de mejorar la convivencia interna.
- La reforma educacional creó un marco que hace posible trabajar la prevención del consumo de drogas.
- Los adolescentes son especialmente sensibles a percibir si el interés y ayuda proporcionada por un adulto es honesta, si la está ofreciendo porque es “su obligación” o porque es enviado como emisario “de los padres o la directiva del establecimiento”.
- Si se desea ayudar debe hacerse con interés genuino, con información veraz y utilizando un tipo de acercamiento adecuado, empático.
- Haga preguntas abiertas y poco amenazantes, dando espacios para que los estudiantes se sientan en libertad de comentar aquellos aspectos que más les interesan y les preocupan.
¿Qué hago si sospecho o sé que un alumno consume drogas?
- Antes de tomar cualquier decisión frente a situaciones relacionadas con la sospecha de consumo de drogas por parte de un estudiante, es indispensable desarrollar un proceso que genere un clima de confianza que facilite el diálogo respecto a lo que posiblemente le está sucediendo.
- Observar las llamadas señales de alerta y de consumo.
- Iniciar el proceso con la realización de una entrevista de acogida, la identificación del problema según el nivel de consumo, la ponderación acerca de la motivación que tiene el estudiante para el cambio y el conocimiento acerca de las redes locales de atención.
- Las pautas sugeridas son
- Establecer un contacto inicial con una actitud de acogida y en un clima de confianza.
- Ponderar el problema de acuerdo a las situaciones de posible consumo.
- Identificar el nivel de disposición al cambio del alumno.
- Coordinarse anticipadamente con la red de apoyo y atención local para intervenir con una estrategia conjunta.
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