Adicción a las redes sociales
Es posible estar en contacto con personas de todo el mundo en solo segundos; pero, como siempre, también hay un lado negativo.
Las redes sociales como el Facebook, Hi5, Twitter y otras promueven en sus usuarios el desarrollo de nuevas formas de relacionarse, provocando en los mismos un gran cambio en su conducta social. Tanto ha cambiado el mundo que en la actualidad ya no es raro ver que a estos lugares de encuentro virtual se puede acceder desde los teléfonos celulares, y en casi cualquier negocio o centro comercial.
Como explica la psicoterapeuta Rita Villaba, la importancia asignada en tiempos anteriores a la interacción cara a cara, a la comunicación con gestos, palabras, abrazos, hoy en día se ve intermediada por la pantalla del computador, lo que produce una brecha entre el mundo real y el virtual. Ahora que estamos tan conectados, nunca estuvimos tan distanciados unos de otros.
Quizá las personas se sienten estimuladas al visitar tales redes, al encontrar amigos, al observar las fotografías de otros, al compartir con los demás, al exponer su vida (especialmente sus logros) y recibir respuestas inmediatas de ellos, lo que refuerza su conducta, lo gratificante que puede ser un comentario, un saludo de cumpleaños, un cumplido, etc. Algunas personas pueden desinhibirse más rápidamente, pueden llegar a ser populares, sentirse importantes, compartir sueños y momentos vividos, crear perfiles idealizados, proyectándose a lo que desean ser y no lo que son en realidad, decir a todos que existen. En este contexto es importante analizar el uso que se le dé al medio virtual para que no se torne peligroso, ya que existe una línea muy fina entre la diversión y la adicción.
Las personas más vulnerables de hacer que su vida social gire en torno a las redes sociales son los adolescentes, por su flexibilidad en la adaptación, porque en esta edad es importante sentirse aprobados, y por su deseo de interactuar de alguna forma con otra gente; igualmente las amas de casa, que encuentran en la red un alivio frente al cansancio y rutina a la que se ven sometidas día a día; así como también las personas que no tienen fijadas metas a largo plazo, con miedo al fracaso personal, con baja autoestima, y quienes sienten una necesidad de aparentar y publicar indiscriminadamente su intimidad.
Los estudios iniciales realizados sobre este tema manifiestan que la adicción a las redes sociales se incluye, conjuntamente, con la adicción a la Internet, al manejo de la tecnología o al manejo del computador, siendo necesario también tomar en cuenta si existe otra condición de fondo como ansiedad y/o depresión, lo que lleva al individuo a una "automedicación digital"; es decir, una persona que siente tristeza, preocupación, temor de ser aislado, al navegar en la red disminuye su malestar, por lo tanto, se va creando cada vez con más fuerza la necesidad de incursionar en ella, hasta llegar al punto en que se levanten de la cama y la primera actividad que realicen a través del celular o del computador es revisar su perfil y actualizarlo, o escribir comentarios durante horas, revisando fotografías para sentirse acompañado de sus amigos siempre.
s importante estar atentos a las manifestaciones presentadas cuando las redes interfieren en la vida cotidiana, como cambios en el humor, alteración en la percepción del tiempo, insomnio, mala alimentación, agresividad, sudor, temblor cuando no se ha visitado las redes o cuando se encuentran privados del servicio de Internet (similar la abstinencia de cualquier droga); interrupciones familiares como en una comida, reuniones; pérdida de habilidades sociales; problemas en el medio laboral al no cumplir con las actividades propuestas; aislamiento social y dolores físicos, de la cabeza, espalda y ojos.
Aunque hay que estar atento, no es conveniente alarmarse por la voz de alerta que se presenta frente a la nueva adicción a las redes sociales, puesto que un mínimo porcentaje de la población podría caer en ella; es mejor entender y analizar el tema para que cada uno tenga la capacidad de controlar el impulso frente a la computadora.
Los padres de familia no deben prohibir a sus hijos que revisen o que participen de las innovaciones virtuales, es mejor ofrecer alternativas familiares como salir de paseo, practicar un deporte, reuniones con los amigos, actividades en las cuales las personas encuentren diversión y gratificación al igual que en el computador. Asimismo, las amas de casa, deberán escoger actividades en las cuales la interrelación personal sea el principal objetivo; fortalecer nuevos conocimientos en base a sus pasatiempos, habilidades y aptitudes; utilizar el tiempo libre en actividades de ejercitación física o compartiendo con sus hijos.
Es importante manejar a la Internet como una herramienta de investigación y diversión, mas no para que gire en torno a esta las interrelaciones sociales.
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